CRECE, CREA
Y EMPRENDE
Estamos compuestos 99% de vacío. Todo y todos estamos hechos de átomos, que a su vez, están hechos de vacío con sólo un 1% de materia, correspondiente a los neutrones, protones y electrones. De hecho, el neutrón de un átomo, es del tamaño de un balón de fútbol en la mitad de un estadio. Aún más revelador, es que estas partículas de materia, están realmente compuestas por otras partículas subatómicas más diminutas, clasificadas en quarks y leptones, que están hechas a su vez, de vibraciones de energía[1].
La glorificación de la técnica y la razón, inducidas por la cultura científica y académica de los últimos siglos, han hecho que la capacidad para ser creativo se encuentre relegada a los laboratorios o talleres, dándole la importancia a las características externas que intervienen en la creación de inventos u obras y al análisis e interpretación que realice nuestra mente de ellos. Sin embargo, revelaciones científicas, como las descritas en el artículo: Nuestro corazón también “piensa”, están demostrando que podemos tener una mayor creatividad utilizando otras partes diferentes a nuestro cerebro
Novedosas revelaciones científicas están invitando al ser humano a descubrir los tesoros ocultos que existen en su interior, más allá de su cerebro, con los que podría desarrollar potencialidades insospechadas y construir una mejor calidad de vida. Los estudios de neurocardiología de la Universidad de Oxford[1], revelaron como nuestro corazón puede utilizar las 40.000 neuronas hasta ahora descubiertas, iguales a las de nuestro cerebro, para aprovechar más nuestras capacidades humanas, independientemente de nuestro potencial cerebral e, incluso, de nuestra edad.
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